Literalmente, según comienzo a escribir, Rosalía canta “Yo sé muy bien lo que soy” (suena de fondo, hoy, el estreno de su álbum). Y me pregunto, cómo de bien me conozco yo. O cómo de bien te conoces tú.
¡Cuán importante es conocernos si no queremos ir dándonos golpetazos con la vida o arreando a los demás porque no somos conscientes de nuestros puntos ciegos!
Hoy, me inspira la valentía y la creatividad de Rosalía. Porque yo sé “bastante” bien lo que soy: que como Eneatipo 9, la fuerza magnética de lo predecible y lo seguro parece crecer con el paso de los años.
Hablando de años – se aproxima un año nuevo en el que quiero seguir conociéndome, encontrando palabras que me ayuden a comprender mi experiencia y a comunicársela mejor a otros (especialmente a mi esposo, para llevarnos mejor).
El Eneagrama sigue siendo una herramienta afilada y clara para ese fin. A veces me canso de que siempre tenga razón. Me sigue ayudando a verme, me “desnuda” o me “desarma”. Cuando estoy dispuesta a ello, me presenta la salida de mi patrón repetitivo y nocivo.
Sí, gracias al Eneagrama (y a las amigas y hermanas y a la vida y a Dios), yo… sé muy bien (en proceso) lo que soy.
El año 2026 se presenta luminoso pero, como los anteriores, entre nubes de ansiedad y acoso de información. Entre rumores de guerras y carencias en la nevera.
Por un lado, nos estamos acostumbrando a esto y empezando a creer que somos invencibles. Como si todo lo que nos entra por los ojos no nos afectara por dentro.
Por otro lado, algunos admiten el tropiezo. Ayer decían en Radio 3 que está de moda la idea de lo divino, lo monástico. El escapismo o la salvación espiritual. Parece que entre tanto acontecimiento levantamos la mano en señal de rendición. Nos vestimos de monjas y nos preguntamos por el cambio en Daddy Yankee.
No sé, me propongo, lo que queda de año y el año que viene (y el siguiente, claro), seguir hacia delante. Hacia delante, que siempre es hacia arriba.
Seguir aprendiendo. Seguir confesando.
Seguir renovando la mente. Transformando mi lenguaje interno.
Me propongo seguir dejándome encontrar. Dejarme abrazar y que la aceptación, la seguridad, la confianza y el amor me transformen.
De nuevo, el Eneagrama me ayuda tanto a poner lenguaje y símbolo a lo que ocurre. Representa los movimientos que hace y necesita mi alma. Lo que necesito oír y recibir.
En lo que necesito pensar y meditar.
Y ¿sabes? A mi modo, quiero acompañarte. Enseñarte de las virtudes posibles, del caminar con más equilibrio, de las voces internas, de los viajes por cada punto, de la libertad…
Sé que de lo que yo experimento al final solo te llega una mínima migaja, pero tengo la esperanza de que también tu vida sea mejor por este contacto con el Eneagrama.
Suena místico (jaja) pero metafóricamente es así: el Eneagrama trae luz en el sentido de que nos ayuda a ver con más claridad los patrones repetitivos en los que estamos atrapadas, en nuestra manera de pensar, sentir y actuar.
Nos trae esperanza, porque cuando nos damos cuenta de que son patrones de nuestra personalidad – que no todo el mundo es así ni tenemos que ser así para siempre – encontramos delante diferentes posibilidades, otras puertas, otras maneras de responder, de crecer, de vivir.
Me apasiona todo esto y he creado distintas herramientas para acompañarte en tu camino. Te pido porfi que consideres invertir un poquito en ti, y un poquito en mí. Estos son mis “productos”:
“Yo sé muy bien lo que soy”, cantábamos al principio de estas líneas. Una gran mentira que puede hacernos conocernos aún menos.
Por eso te espero, para dedicarnos a estas charlas reveladoras y transformadoras en las que el Eneagrama nos despierta y despeja la mente como el mejor de los cafés, y en las que la compasión y la amabilidad nos sirven de “leche y azúcar”.
Está en tus manos decidir cómo te vas a encontrar conmigo: individualmente, en cursos, o a través de las páginas de libros o agendas. ¡Ya me dices! Un saludo y abrazo fuerte. Berta B.
Estoy muy contenta de tener mis agendas en venta en Amazon, con todas las facilidades y garantías que eso implica.
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